En la figura-1 el intérprete de un instrumento de percusión como un bongo o una conga, intercambia energía mecánica con el instrumento por medio de uno o mas contactos mecánicos que suelen ser de poca duración en estos instrumentos. Siendo el caso el flujo de información va en ambas direcciones entre el interprete y el instrumento. Un instrumento musical convierte un tipo de excitación mecánica en ondas sonoras. El escucha a la izquierda en la figura-1 percibe y procesa el sonido creando un modelo mental del instrumento. En un estadio mas elevado, el escucha interpreta una idea musical expresada por el instrumentista. Un diagrama de flujo sobre el proceso háptico puede apreciarse en la figura-2.
De gran importancia en relación con la háptica entre instrumento e interpretes, son los procesos de percepción que ocurren al tocar un instrumento. En particular es importante la información que va recogiendo el intérprete sobre el comportamiento acústico de su instrumento. Igualmente el ``feeling'' o quizá color de ese sonido es obtenido a partir de un comportamiento mecánico ajustando una respuesta acústica a partir de un ajuste mecánico. En muchos casos la una es función de la otra dependiendo del diseño y de la física del instrumento. Consecuentemente el proceso de interpretación musical se realiza de la siguiente forma: el interprete abstrae una impresión háptica sobre el estado de su instrumento, luego y dependiendo de claves en su percepción, decide manipularlo si desea un sonido diferente [4, Gillespie, 1999].
Al tocar un instrumento, el músico realiza ciertas acciones con la expectativa de obtener cierto resultado normalmente en forma de una interpretación musical. Al monitorear el instrumento, los sentidos hápticos del interprete abarcan no solo procesos de percepción, sino también interacción energética entre el músico y el instrumento. La información disponible a los sentidos depende de las acciones del músico o de como este controla su instrumento [9, O'Modhrain, Chafe, 2000]. La interacción mecánica y la noción sobre control del instrumento también deben estar ligadas. Por lo tanto si definimos vagamente música como un sonido que expresa algo con un tipo de significado, cualquier artefacto que produzca sonido bajo el control de un humano, se puede considerar como ``instrumento musical''.
En los instrumentos musicales tradicionalmente utilizados en bandas u orquestas, el mecanismo de producción de sonido está basado en una excitación mecánica. En este caso la información sobre el control de una interpretación, se haya encapsulada en la energía mecánica aplicada por el músico a través de un contacto físico [2, Chafe, O'Modhrain, 1996]. En el caso de instrumentos musicales electrónicos, no hay contacto físico por tratarse de señal eléctrica. Sin embargo la conversión de energía eléctrica a acústica sigue dependiendo del intérprete. En ambas situaciones el músico tiene que modular la señal de audio. Los dispositivos para controlar esta modulación involucran contacto mecánico o transductores de la acción del intérprete, en donde también se encuentra encapsulada la información sobre control del instrumento [10, O'Modhrain, Gillespie, 1995].
Recientemente se ha descubierto y se han desarrollado dispositivos para modificar instrumentos musicales tradicionales ampliando sus posibilidades con componentes electrónicos o con software de computador. De la misma forma varios instrumentos electrónicos se han beneficiado de acción mecánica para controlar su sonido. Mucho del interés en este punto se ha realizado en paralelo a investigación en interfaces con transductores que convierten energía mecánica ( o de cualquier otro tipo en su omisión), en energía eléctrica o acústica. Análogamente se han desarrollado circuitos y programas de computador que controlan la excitación de un instrumento [8,6,10, Nichols, Gillespie, O'Modhrain].
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